DE LA INTELIGENCIA DE LOS ÓRGANOS A LA RESPIRACIÓN CONSCIENTE
La Dra. Bert descubrió (y luego lo confirmaron otros científicos) que existen tipos receptores inteligentes no sólo en las células cerebrales, sino en todas las células de todas partes del cuerpo (les llamaron en un principio neuropéptidos). Cuando comenzaron a observar las células del sistema inmunológico por ejemplo, las que protegen contra el cáncer, o las infecciones, encontraron receptores de los mismos tipos que en el cerebro.
En otras palabras, nuestras células inmunológicas están literalmente vigilando cada pensamiento nuestro, cada emoción, cada concepto que emitimos, cada deseo que tenemos. En definitiva, cada pequeña célula T y B del sistema inmunológico produce las mismas sustancias químicas que produce el cerebro cuando piensa.
Y ello es la causa de enfermedades de strés, cáncer... Cuando nos deprimimos entran en huelga y dejan pasar los virus, que se instala en nuestro cuerpo.
LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA DIGESTIVO
A finales del siglo 21 años parecía absurdo hablar de inteligencia en los intestinos. Se sabía que el revestimiento del tracto digestivo posee miles de terminaciones nerviosas, pero se les consideraba simples extensiones del sistema nervioso, un medio para mantener la insulsa tarea de extraer sustancias nutritivas del alimento. Hoy sabemos que después de todo, los intestinos no son tan insulsos.
Estas células nerviosas que se extienden por el tracto digestivo forman un fino sistema que reacciona a sucesos externos: un comentario perturbador en el trabajo, un peligro inminente, la muerte de un familiar. Las reacciones del estómago son tan confiables como los pensamientos del cerebro e igualmente complicadas.
LA INTELIGENCIA DEL HÍGADO
Las células de colon, hígado y estómago también piensan, sólo que no con el lenguaje verbal del cerebro. Lo que llamamos reacción visceral es apenas un indicio de la compleja inteligencia de estos miles de millones de células. En una revolución médica radical, los científicos han accedido a una dimensión oculta que nadie sospechaba: las células nos han superado en inteligencia durante millones de años.
LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN
Muchos creen que la conciencia se origina únicamente en el cerebro. Recientes investigaciones científicas sugieren de hecho que la conciencia emerge del cerebro y del cuerpo actuando juntos. Una creciente evidencia sugiere que el corazón juega un papel particularmente significante en este proceso. Mucho más que una simple bomba como alguna vez se creyó, el corazón es reconocido actualmente por los científicos como un sistema altamente complejo con su propio y funcional cerebro. O sea el corazón tiene un cerebro o inteligencia.
Según nuevas investigaciones en el campo de la Neurocardiología, el corazón es un órgano sensorial y un sofisticado centro para recibir y procesar información.
El sistema nervioso dentro del corazón (o el cerebro del corazón) lo habilita para aprender, recordar y para realizar decisiones funcionales, independientemente de la corteza cerebral. Aparte de la extensa red de comunicación nerviosa que conecta al corazón con el cerebro y con el resto de cuerpo, el corazón transmite información al cerebro y al cuerpo interactuando a través de un campo eléctrico.
El corazón genera el más poderoso y más extenso campo eléctrico del cuerpo.
Comparado con el producido por el cerebro, el componente eléctrico del campo del corazón es algo así como 60 veces más grande en amplitud y penetra a cada célula del cuerpo. El componente magnético es aproximadamente 5000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro y puede ser detectado a varios pies de distancia del cuerpo con magnetómetros sensibles.
¿POR QUÉ RESPIRAR "CON ACTITUD"?
Las investigaciones del Instituto HeartMath sugieren que Respirar con Actitud es una herramienta que ayuda a sincronizar corazón, mente y cuerpo para dar a la persona una coherencia psicofisiológica más poderosa.
Respirando con Actitud nos enfocamos en nuestro corazón y en el plexo solar, mientras respiramos con una actitud positiva. El corazón automáticamente armoniza la energía entre el corazón, mente y cuerpo incrementando la conciencia y la claridad.
Al usar esta técnica regularmente, (cinco veces al día), podremos desarrollar la capacidad de realizar cambios de actitudes.
¿CÓMO RESPIRAR "CON ACTITUD"?
1. Enfócate en tu corazón mientras inhalas.
Mientras exhalas enfócate en el plexo solar.
El plexo solar se encuentra un poco más abajo del corazón, justo debajo del esternón donde los lados derecho e izquierdo de la caja toráxica se juntan.
2. Practica inhalar a través del corazón y exhalar a través de la caja toráxica durante 30 segundos o más para ayudar a anclar tu atención y tu energía ahí.
Después escoje alguna actitud o pensamiento positivo para inhalar o exhalar durante esos 30 segundos o más. Por ejemplo, puedes inhalar una actitud de aprecio y exhalar una de atención.
3. Selecciona actitudes para respirar que te ayuden a compensar las emociones negativas y de desequilibrio de las situaciones por las que estás atravesando.
Respira profundamente con la intención de dirigirte hacia el sentimiento de esa actitud.
Por ejemplo, puedes inhalar una actitud de balance y exhalar una actitud de misericordia, o puedes exhalar una actitud de amor y exhalar una actitud de compasión.
Para desarrollar este tercer paso, es importante que practiques diferentes combinaciones de actitudes que quieras desarrollar. Puedes decir en voz alta: Respiro Sinceridad, Respiro Coraje, Respiro Tranquilidad, Respiro Gratitud o cualquier actitud o sentimiento que quieras o necesites para encontrarte mejor.
Incluso si no sientes el cambio de actitud al principio, haciendo un esfuerzo genuino para cambiar, al menos te ayudará a alcanzar un estado neutral. En este estado tendrás más objetividad y ahorrarás energía.
Esta técnica tiene la gran ventaja de que no cuesta nada, es fácil de llevar a cabo y los beneficios que reporta son notables a los pocos días. Las células del cuerpo están recibiendo el mensaje y lo están poniendo en marcha. Las células del cuerpo procesan nuestras palabras, emociones y pensamientos y para ellas, nuestros deseos son órdenes.
LA IMPORTANCIA DE RESPIRAR PARA LOGRAR BIENESTAR
Podemos pasar varios días sin comer, beber o dormir. Pero no sin respirar.
Respirar es mucho más que llevar oxígeno a los pulmones y eliminar dióxido de carbono.
La inhalación o inspiración, oxigena cada célula de nuestro cuerpo.
La exhalación o expiración, ayuda al drenaje linfático y desintoxica al organismo.
Las células del cerebro empiezan a morir después de unos minutos sin oxígeno.
El corazón y los riñones también se ven muy afectados por la falta del mismo.
La respiración es nuestra primera fuente de energía.
Aumenta nuestra vitalidad física, psíquica y espiritual y nos ayuda a restablecer el equilibrio emocional.
El estrés produce una gran activación y desgaste del organismo.
Una respiración adecuada nos ayuda a disminuir dicha activación, a recobrar el equilibrio y a manejar nuestras emociones.
La respiración es el principio fundamental de la vida, pero, por regla general, no inspiramos lo suficiente como para revitalizar el cuerpo y no espiramos durante el tiempo necesario como para expulsar de los pulmones el dióxido de carbono y otros gases que permanecen estancados e impiden la purificación de la sangre.
Ello da lugar a un gran número de enfermedades que es posible vencer por medio de la respiración consciente. Todo ser vivo se vuelve consciente respirando; en realidad, sólo se vuelve consciente si respira. La consciencia nos convierte en dueños de nuestro propio destino.
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